A lo largo de los años, la Estación de Atocha se ha convertido en un ir y venir de viajeros que transitan por ella de forma acelerada. Son pocos los que hacen un alto en el camino para contemplarla y descubrir parte de su intensa historia, la cual se remonta a mediados del siglo XIX.
Atocha, un apeadero Real
Aunque actualmente la Estación de Atocha es una de las más importantes, ya que concentra diariamente a numerosas personas, no siempre fue así. En sus orígenes, la Estación de Atocha fue un pequeño apeadero de uso privado y exclusivo para la Familia Real.
La primera línea ferroviaria, que fue conocida con el nombre popular de Tren de la Fresa, se inauguró el 9 de febrero de 1851 y unió Madrid con Aranjuez. Pero no fue hasta finales del siglo XIX cuando se proyectó el diseño de la Estación del Mediodía o meridional, bautizada así por acoger las líneas que se dirigían al sur de Madrid.
El diseño plasmaba un gran espacio que contemplaba 6 vías y, en su construcción, se utilizaron ladrillo, material típico de la arquitectura de Madrid de dicha época, e hierro fundido. Lo más destacable, sin duda, fue la cubierta metálica que se construyó en Bélgica, la cual estaba coronada por un gran reloj.
A pesar de la envergadura de dicha obra, la Estación de Atocha se encuentra en un desnivel con respecto a la Glorieta de Carlos V, ya que no hubo opción económica de salvar la pendiente que había, y la entrada principal quedó situada en el lado lateral debido a que los trenes no podían girar.
Atocha, una estación viva
Desde su construcción, la Estación de Atocha no ha dejado de realizar ampliaciones y mejoras, pero su gran remodelación la sufrió con motivo de la Expo’92, que por primera vez se introdujo en España una línea de alta velocidad que unió Madrid con Sevilla. En este sentido, el nombre de Estación del Mediodía pasó a ser Puerta de Atocha, para trenes AVE y larga distancia, y Atocha Cercanías, para corta y media distancia.
La Estación de Atocha quiso convertirse también en un pulmón verde y transformó su nave central en un invernadero tropical, en donde más de 7.000 plantas diferentes de 260 especies conviven con numerosas tortugas. Desgraciadamente, éstas se tendrán pronto que despedir de la Estación de Atocha, ya que se trasladarán a un centro faunístico en Navas del Rey.
Asimismo, la Estación de Atocha también ha sido escenario de numerosas exposiciones escultóricas o arquitectónicas como la que homenajea el atentado del 11-M, el cual sufrió dicha estación.
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